Estuvieron volando toda la noche. Fueron miles
Sobre los tejados. Sobre los puentes
Las operarias, las obreras, las mujeres.
Sobre los primeros centenares de palomas
Sobre las primeras decenas de palomas
Sobre la primera paloma
Estuvieron volando mientras fué de noche
Palomas en lucha simplemente
mujeres dignas, como todas las mujeres
Palomas que volaron hacia todas partes
creando la solidaridad de las palomas.
Son innumerables en la continua noche
sobrevolando las fábricas que arden
con sus obreras dentro, encerradas
Vuelan y gritan de horror y de angustia
en la noche surgida del humo de la fábrica
surgida del criminal incendio provocado.
Y su vuelo perdura como el suceso repetido,
porque sigue habiendo mujeres
convertidas en palomas, en su lucha valiente
solidarias entre todas y con todas.
Palomas de todos los colores, de algodón,
de plástico, de todas las cosas
de cualquier cosa trabajada con las manos.
Por todas partes, a todos los sitios
Siguen volando, sobre montañas, sobre rios.
Siguen volando palomas, mensajeras, libertadoras.
20070306
20070224
yo no puedo viajar con el olvido
yo no puedo viajar con el olvido
por eso te pido: no me mientas
compañero, no hables con la boca
alimentada con duda y con dinero
no me pidas que viva con temores
renuncia tú sólo, que ya te rendiste
ve tu solo en el lujo del class-primera
yo viajo siempre con el dolor y el duelo
quien me acompañe también llegará
y aquí no hay sitio para el olvido
a mi no me avergüenza su color
ni su olor, ni su penoso ir viviendo
Modesto poemario de un hombre
Prólogo del contador:
Esto es, no le quepa duda, resumen y producto del desamor.
Usted siempre podrá pensar que se podría haber escrito algo mejor o expresado de otra manera, será cierto, pero no era esa la intención.
El contador opina que, puestos a abrir el corazón, también es menester exponer los infartos, las suturas, los by-pass y todos los demás remiendos que le han permitido vivir un poco más con alegría, mucho más de lo que usted imagine.
Y es por tanto necesario ver la importancia del matíz entre “amor mío” y “vida mía”, en cada momento relatado.
Cabe que se sepa que como todos los contadores de cosas éste, sin ser excepción, puede haber confundido unas cosas con otras y además ser muy benevolente con él mismo.
A menudo es más fácil conciliar las angustias y los sueños diciéndose a uno mismo que se ha sido impotente y no pensar en las cobardías que le han atenazado, opinión ésta mía última que me parece más que plausible.
Porque la vida todo nos enseña, a veces a destiempo, a veces anticipadamente, y eso no excusa nada pero si define que, verdaderamente, pocas veces sepamos cómo actuar ni cómo demostrar lo que se siente.
Luego, cuando no tiene remedio, sí que nos damos cuenta del valor verdadero de todo cuanto acontecemos, y así volveremos a errar en el siguiente paso.
Porque como todo, lo aprehendido hoy, ya no sirve mañana.
En eso, más que en ninguna otra cosa, consiste nuestra humanidad.
Tenga paciencia con este vate.
Hace lo que sabe pero no sabe lo que hace.
Esto es, no le quepa duda, resumen y producto del desamor.
Usted siempre podrá pensar que se podría haber escrito algo mejor o expresado de otra manera, será cierto, pero no era esa la intención.
El contador opina que, puestos a abrir el corazón, también es menester exponer los infartos, las suturas, los by-pass y todos los demás remiendos que le han permitido vivir un poco más con alegría, mucho más de lo que usted imagine.
Y es por tanto necesario ver la importancia del matíz entre “amor mío” y “vida mía”, en cada momento relatado.
Cabe que se sepa que como todos los contadores de cosas éste, sin ser excepción, puede haber confundido unas cosas con otras y además ser muy benevolente con él mismo.
A menudo es más fácil conciliar las angustias y los sueños diciéndose a uno mismo que se ha sido impotente y no pensar en las cobardías que le han atenazado, opinión ésta mía última que me parece más que plausible.
Porque la vida todo nos enseña, a veces a destiempo, a veces anticipadamente, y eso no excusa nada pero si define que, verdaderamente, pocas veces sepamos cómo actuar ni cómo demostrar lo que se siente.
Luego, cuando no tiene remedio, sí que nos damos cuenta del valor verdadero de todo cuanto acontecemos, y así volveremos a errar en el siguiente paso.
Porque como todo, lo aprehendido hoy, ya no sirve mañana.
En eso, más que en ninguna otra cosa, consiste nuestra humanidad.
Tenga paciencia con este vate.
Hace lo que sabe pero no sabe lo que hace.
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